¡50 PLANAS!

Lo prometido es deuda. Hace unas cuantas entradas en este blog hablé de la popular subida a Las Planas (clic aquí) y dejé en el tintero comentar mi particular relación con la misma.

Recuerdo la primera vez, cuando en enero de 2015, junto a mi padre y guiado por él, reconocí el terreno. Apenas había comenzado mi andadura sobre las dos ruedas y tuve que parar varias veces en las rampas de la subida. Me costó la friolera de 42 minutos alcanzar la meta.

Pero aquel fue, sin quizá ser consciente, el germen que haría crecer en mi esta pasión por la btt y por esta subida a Las Planas.

Así, se convirtió poco a poco en un reto, EL RETO. Con esfuerzo, cómo si no, conseguí primero recorrer la subida sin parar y poco a poco fue descendiendo el tiempo a la llegada. Ese 2015 acabé el año en 22’54”. En 2016 lo hice en 20’28”. Y este 2017, he conseguido bajar de 19 minutos y detener el cronómetro exactamente en 18’58”.

Por supuesto la bici montada ha ido cambiando y mejorando hasta la actual Mérida Big Nine 5000. Todo ayuda, forma física y máquina.

Al tiempo descubrí que se podía subir no una vez sino dos veces seguidas, llamándose en el strava, Biplanas (subir y bajar, subir y bajar), tres veces o Triplanas. Y mi récord de subidas seguidas fue subirlo el 12 de mayo de este año,  5 veces. ¿Pentaplanas? Jaja

Más aún, a comienzos de año, inspirado por el reto que se planteó Eduardo Buj, que finalmente por diversas circunstancias abandonó, de alcanzar 100 subidas al final de año, yo me marqué el objetivo de 50. ¡Y lo he conseguido! Justo hoy 23 de diciembre,  a pesar de los contratiempos de este final de año, recuperándome de una contractura muscular en la espalda, y a ritmo suave, cumplí el objetivo.

Ya no sé qué será lo siguiente. Bajar tiempos me parece cada vez más complicado, subir más de 50 veces, también, aunque no lo parezca hay más vida fuera de las Planas jeje y hacerlo más de 5 veces seguidas parece ya un bucle infernal.

Aun así, sólo lo que no se intenta no es posible.

Nos vemos en los caminos