El Pirineo es espectacular, se mire por donde se mire. A pie, en coche, en bicicleta y de cualquier manera.
El pasado 18 de julio salí temprano desde el camping Pineta. Primero me esperaba por carretera, un corto descenso, hasta el desvío con la que me subiría a Espierba. Un puerto de 2ª categoría, de 2.809 m de longitud, 254 m de desnivel + y rampas con porcentaje medio del 9,1.
Después, ya con el asfalto terminado, recorrí una pista en perfecto estado, a tramos entre bosque, que remonta el valle de Pineta por su pared derecha, La Pista de la Estiva.
8 kms que conducen a una zona de pastos y ofrece un mirador privilegiado de la cara norte del valle de Pineta y el macizo de Monte Perdido. Brutal. Vistas mágicas, de ensueño.
Aún podría haber avanzado un poco más pero como siempre, con el tiempo justo, quería ir también a la ermita de Pineta y a la antigua acampada que allí había, lugar de unos cuantos veraneos. Así que regresé por el mismo camino, con los pezones aún en punta por la emoción del lugar, descendiendo hasta la carretera donde previamente había tomado el desvío a Espierba.
Finalmente unos 36 kms, 900 y pico de desnivel + acumulado.
Ruta muy recomendable, sin encrucijadas en el camino (solo en la pista de la Estiva hay un cruce de caminos, a la derecha a la ida que no se toma, se sigue recto).
Nos vemos en los caminos.
