“Dicen que cuando uno vuelve muchas veces a un mismo sitio es porque en realidad está perdido aunque él todavía no lo sepa, como cuando estando en un laberinto pasas inevitablemente una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez por la misma esquina, por la misma curva, por la misma puerta, por el mismo sitio sin saber que estás haciendo el hámster y cada pedaleo, cada paso y cada metro es exactamente igual al anterior…
Cuando vuelves tantas veces, más que respuestas, lo que estás buscando es a ti mismo, puede que a tu yo del pasado, a tu yo del futuro, pero sobre todo a tu yo de verdad. (Fragmento resumido de una entrada de Valentí Sanjuan para un vídeo de la Titan Desert de 2018)”.
Y en mi caso no sé muy bien el porqué vuelvo una y otra vez, una y otra vez, a esta subida a la Plana por Cadrete. Y además a realizarla unas cuantas seguidas. Quizá sea reto, superación. Quizá sea que busco algo, aunque no sepa qué. Puede que también encuentre ahí, en ese esfuerzo, en la soledad de cada curva, un equilibrio interior que lejos de hacerme traspasar el umbral de la locura, me mantiene en el lado de la cordura. Sólo quizá.
Por tanto el pasado 28 de abril me dispuse a intentar el reto de 10 subidas seguidas. Ya en noviembre de 2020 me quedé en 8 y sabía que un día intentaría redondear a 10. En aquella ocasión fui en bici desde casa tanto a la ida como a la vuelta, 1 hora que me hacía perder fuerzas para lo importante. Así que esta vez me organicé para ir en coche hasta Cadrete.
10 subidas suponía que con un poco más que hiciera (la primera parte de una onceava) alcanzaría por primera vez los 3000 m de desnivel + acumulados.
Sabía que si no lo hacía este día, luego por circunstancias personales y por acercarnos a la época de verano, lo tendría que posponer para el otoño con temperaturas más llevaderas.
Como recordatorio, cada subida consta de 4,38 kms al 6,6 % de desnivel promedio y 289 m +.
(Para ver entrada Popular Subida a las Planas clic aquí).
Al llegar allí, mi padre me esperaba ya preparado, él quería también hacer a su ritmo alguna que otra (al final se vino arriba y consiguió 5 el tío, un crack).
Pequeño calentamiento y a las 9 de la mañana comienzo la sesión.
La mañana estuvo perfecta de temperatura, con viento suave, nublado, hasta las 12 y media más o menos que empezó a despejarse, a salir el sol (nada de lluvia que pronosticaban) llegando a los 28, 29 grados inesperados para mí.
Me había marcado un tiempo máximo de subida y bajada, de 35’ y, salvo en la última, lo cumplí.
Sobre las tres y algo de la tarde, culminaba el objetivo, y solo quedaba llanear un poquito por la zona para alcanzar también los 100 kms de distancia.
Investigando a través de strava, el récord de subidas lo tiene Jorge Jurado, que el 11 de julio de 2020, se marcó un Everesting Challenge, 31 subidas, ¡casi nada! Ese mismo día Ester Iniesta, subió 14 veces y Mario Gracia, 13. Después en el ranking se encuentra con 12 Pedro C.L.. Y con 10 Emilio btt Zgz NSR y yo ahora.
En resumen 100,68 kms, 3040 m de desnivel +. Toda la etapa tuvo una duración de 7 h 2 minutos 30 segundos, de las cuales, 6 h y 1 minuto fueron en movimiento. El segmento Strava, de esas 10 subidas, como no para cuando no estás en movimiento, marcó 6 horas 20 minutos y 24 segundos.
Y así es como cierro un círculo que comenzó la primera vez que junto a mi padre descubrí esta zona (2015), apenas había comenzado a salir en btt y una subida se me hizo eterna (más de 40’) parando varias veces, hasta llegar ahora, con las 10 subidas, que creo, serán mi récord final.
Nos vemos en los caminos
