Foto tomada el 10-08-2015 en El Bolaso
Lucas enseguida comprueba la tensión
del momento y mientras acaricia su lomo, le susurra, la tranquiliza y le da ánimos, por delante la
rampa con los porcentajes de mayor desnivel que jamás han afrontado.
Al grito de “Hoka hey”, inicia el pedaleo.
Su valiente appaloosa parece titubear esta vez, le chirrían sus engranajes y
hasta le tiemblan las ruedas, pero en segundos la armonía entre jinete y bestia
se hace perfecta. Apenas se distingue dónde empieza uno y dónde la otra, las
piernas se metalizan y en los pedales crecen numerosas arterias que bombean
sangre oxigenada. Superan cada curva,
cada metro de ascensión, con suma valentía. No hay dolor que les impida
cabalgar sin mirar atrás. Cuando
coronan, entre relinchos y gritos de
júbilo, dan gracias al Gran Espíritu y divisan ya la siguiente aventura que les
haga olvidar las rutinas y pesares del día a día.
- David Moreno-
- David Moreno-
Magnifica union para cabalgar en estos tiempos....sobretodo la mente
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