Hoy traigo a este blog la historia de una persona que lleva toda una vida alrededor de una bicicleta y del ciclismo.
Ha sido corredor profesional, técnico, seleccionador, es organizador de pruebas, presidente del Pedal Aragonés y celebró sus 90 años, 75 de ellos como ciclista, el año pasado.
En España no había
profesionalismo ni los ciclistas estaban asegurados como en otros países, por
ejemplo Francia. Estuve varias temporadas en Cataluña (Mobylette), que entonces
era la cuna del deporte junto con el País Vasco. Para participar en una prueba
importante tenías que reunirte con cuatro o cinco ciclistas foráneos y formar un
equipo. Así se creó el aragonés Catigene, con el que corrí la Vuelta a España
en 1961. Luego di el salto a Francia, al Mercier, donde me tramitaron una
licencia de categoría especial. Nunca tuve un sueldo fijo. El ciclismo era un
juego para mí, y me daban unos dineros si ganaba: 50 pesetas para mi madre y 25
para mis gastos.
75 años de carrera ciclista
han dado para mucho: entré en el Club Ciclista Ebro con 15 años, he logrado
unas 170 victorias, más de 500 carreras: entre las más destacadas una etapa en
la Vuelta a Levante, la segunda etapa que acabó en Soria del Trofeo Torres
Serdán, el Tour de Gironde o el Tour de Marmande. Cuando lo dejé en 1964 tenía
inquietudes: empecé a colaborar con la Federación Aragonesa de Ciclismo, monté
un equipo femenino, cuando en Aragón no había nada, y preparé escuadras de
categorías inferiores; empecé a buscar escenarios para hacer carreras
nacionales e internacionales. Me tuve que forjar un futuro: me gané la vida de
chófer conduciendo un Dodge. Luego, fundé el Pedal Aragonés, colores que sigo
luciendo, y club con el que nos volcamos en una iniciativa muy atractiva de
deporte y solidaridad con la Fundación Sesé: organizar la Sesé Bike Tour en Urrea de Gaén".
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