martes, 12 de noviembre de 2024

Isidoro Mellado

Uno de los primeros grandes cicloviajeros españoles, y casi con toda seguridad el primer español en dar la vuelta al mundo en bicicleta.

La historia de Isidoro Mellado se pierde en una década de crisis económicas, guerras y desgracias, una época en la que las carreteras eran todavía en su mayoría de tierra y piedras y los mapas no estaban al alcance de cualquiera.




Extremeño, nacido en el corazón de la provincia de Cáceres hacia 1905, en Coria para ser exactos.

Así, en noviembre de 1928, con 24 años, se agenció una bicicleta y partió desde Badajoz. Su viaje comenzaba.

Marcando rumbo Este, alcanzó la India en el primer año de viaje.

Llegó a Japón aproximadamente dos años después de su partida y desde allí saltó a Sudamérica, continente que recorrió durante varios años. Durante un tiempo fue acompañado por Teresa, otra cicloturista que, según la familia de Isidoro, se hicieron pasar por marido y mujer.




Isidoro entró en Badajoz un 3 de Junio de 1936, solo un mes antes de que estallara la Guerra Civil en España. Los años venideros fueron duros y los sueños de Isidoro de seguir viajando se vieron truncados por la posguerra.

Terminó sus días como contrabandista de tabaco y café, cruzando la frontera portuguesa, como otros tantos extremeños, perseguidos por las capas verdes de la Guardia Civil de un lado y por los guardiñas portugueses del otro.




Fue en un lance huyendo de estos últimos cuando Isidoro tuvo que saltar a una charca para esconderse. Los escasos 15 minutos que estuvo agazapado en el agua le costaron caro,  una pulmonía acabaría con su vida un 2 de mayo de 1945 a los 41 años de edad.

Su aventura le llevó 8 años, durante los cuales recorrió 65 mil kilómetros y atravesó 44 países.




Recogió en 5 libros una sucesión de actas, sellos, recortes de prensa y otras pruebas de su paso por cada uno de los lugares que atravesaba a lomos de su bicicleta. La prensa local se hizo eco de su viaje por muchos de los sitios que cruzó.


Información recogida en otros blogs y webs como las siguientes:

- Viajeros improbables, clic aquí.

- Las andanzas de un lobo estepario extremeño, clic aquí.





jueves, 8 de agosto de 2024

Laguna Negra

Después de algún tiempo añado una ruta porque la ocasión lo merece.

Desde el camping Urbión hace unos días, madrugué un poquito para llegar a la Laguna Negra, al sur de la provincia de Soria, en la sierra de los Picos de Urbión, en Vinuesa.

Esta laguna, de origen glaciar, forma parte del Parque Natural de la Laguna Negra y los Circos Glaciares de Urbión, declarado Parque Nacional en el año 2010 y se encuentra a 1773 m de altitud.


Imagen tomada de la Red


Aunque la profundidad máxima de la laguna no supera los 10 metros, la leyenda cuenta que la Laguna Negra no tiene fondo y que cuenta con cuevas y corrientes subterráneas que forman un hueco por donde se comunica con el mar. Esta leyenda estaría relacionada con otra, que sostiene que, dada su profundidad, hay un ser que vive en el fondo de la laguna y engulle todo lo que cae en ella.

Sin embargo, la leyenda más conocida de la laguna tiene que ver con Antonio Machado, que en 1912 escribió un relato titulado "Los hijos de Alvargonzález", que hace hincapié en la ausencia del fondo de la laguna:

"Mala muerte dieron al labrador los malos hijos a la vera de la fuente. Un hachazo en el cuello y cuatro puñaladas en el pecho pusieron fin al sueño de Alvargonzález. El hacha que tenía de sus abuelos y que tanta leña cortó para el hogar, tajó el robusto cuello que los años no habían doblado todavía, y el cuchillo con el que el buen padre cortaba el pan moreno que repartía a los suyos en torno a la mesa, hendido había el más noble corazón de aquella tierra. Porque Alvargonzález era bueno para su casa, pero era también mucha su caridad en la casa del pobre.  Como padre habían de llorarle cuantos alguna vez llamaron a su puerta, o alguna vez le vieron en los umbrales de las suyas.

Los hijos de Alvargonzález no saben lo que han hecho. Al padre muerto arrastran hacia un barranco por donde corre un río que busca al Duero. Es un valle sombrío lleno de helechos, hayedos y pinares.

Y lo llevan a la Laguna Negra, que no tiene fondo, y allí lo arrojan con una piedra atada a los pies. La laguna está rodeada de una muralla gigantesca de rocas grises y vordosas, donde anidan las águilas y los buitres. Las gentes de la sierra en aquellos tiempos no osaban acercarse a la laguna ni aun en los días claros. Los viajes que, como usted, visitan estos lugares han hecho que se les pierda el miedo..."



Volviendo a la ruta, el primer tramo de carretera lo hago pasando por Molinos de Duero y Vinuesa (seguro que habrá alguna posibilidad para evitar el asfalto e ir por caminos pero no llegué a encontrar nada claro).



En Vinuesa se coge una pista, que en ascensión y entre árboles a un lado y otro, me hace disfrutar y entrar en calor por el esfuerzo. En el camino se me cruza un animal, del que veo solo la cola, a franjas blancas y oscuras ¿podría ser un mapache? y en toda la subida sólo adelanto a un ciclista, como iba al Pico Urbión, enseguida nos separamos.

A falta de 4 kms enlazo con la carretera que primero, en 2 kms, me conduce al parquin de la Laguna y tras los 2 últimos llego a mi destino, no sin antes superar el tramo final de subida sorteando las placas de piedra que regalan las preciosas vistas de la Laguna y su entorno. Brutal. Hermoso.

Tras 2 horas y 15 minutos, disfruto del paisaje en tranquilidad.

Tocan fotos y descanso 10 minutos para iniciar el regreso por el mismo camino, no dispondo de demasiado tiempo y prefiero ir a lo seguro.






La vuelta la hago rápido, en hora y media sin contratiempos.

Podéis descargar la ruta desde mi wikiloc, clic aquí



Ruta muy recomendable.


Nos vemos en los caminos

martes, 14 de mayo de 2024

Adolfo Bello Estella

 Hoy traigo a este blog la historia de una persona que lleva toda una vida alrededor de una bicicleta y del ciclismo.

 Adolfo Bello nació el 9 de abril de 1933 en Sangüesa.




Ha sido corredor profesional, técnico, seleccionador, es organizador de pruebas, presidente del Pedal Aragonés y celebró sus 90 años, 75 de ellos como ciclista, el año pasado.

 En palabras suyas en diferentes entrevistas:

 "Con cinco años me monté en la primera bicicleta que me trajeron los Reyes Magos. Nací en Sangüesa, pero vivimos entre Irurzun e Izurdiaga. Allí teníamos nuestra vivienda ya que mi padre, natural de Bello, en la comarca del Jiloca, era empresario. El edificio tenía un pasillo de más de diez metros y aprendí a manejarme con la bici, de punta a punta. Con diez años nos instalamos definitivamente en Zaragoza, donde hice mis primeros estudios en el Calasancio Escolapios. Luego llegaron las carreras golfas, con 13 y 14 años, en las que se podía correr sin licencia; y la etapa de la competición, quería saber hasta dónde podía llegar. Mi primera prueba importante fue un Campeonato de España, que entonces era amateur: hice un cuarto puesto y esto me animó a seguir y a meterme en empresas mayores.

En España no había profesionalismo ni los ciclistas estaban asegurados como en otros países, por ejemplo Francia. Estuve varias temporadas en Cataluña (Mobylette), que entonces era la cuna del deporte junto con el País Vasco. Para participar en una prueba importante tenías que reunirte con cuatro o cinco ciclistas foráneos y formar un equipo. Así se creó el aragonés Catigene, con el que corrí la Vuelta a España en 1961. Luego di el salto a Francia, al Mercier, donde me tramitaron una licencia de categoría especial. Nunca tuve un sueldo fijo. El ciclismo era un juego para mí, y me daban unos dineros si ganaba: 50 pesetas para mi madre y 25 para mis gastos.





75 años de carrera ciclista han dado para mucho: entré en el Club Ciclista Ebro con 15 años, he logrado unas 170 victorias, más de 500 carreras: entre las más destacadas una etapa en la Vuelta a Levante, la segunda etapa que acabó en Soria del Trofeo Torres Serdán, el Tour de Gironde o el Tour de Marmande. Cuando lo dejé en 1964 tenía inquietudes: empecé a colaborar con la Federación Aragonesa de Ciclismo, monté un equipo femenino, cuando en Aragón no había nada, y preparé escuadras de categorías inferiores; empecé a buscar escenarios para hacer carreras nacionales e internacionales. Me tuve que forjar un futuro: me gané la vida de chófer conduciendo un Dodge. Luego, fundé el Pedal Aragonés, colores que sigo luciendo, y club con el que nos volcamos en una iniciativa muy atractiva de deporte y solidaridad con la Fundación Sesé: organizar la Sesé Bike Tour en Urrea de Gaén".